lunes, 14 de marzo de 2011

TAMBIEN LA LLUVIA

Sinceramente opino que es una de las mejores películas que he visto en los últimos años, entendiendo como "mejor película", la que está culminada en todos sus aspectos y no deja ningún -pero- o cabo suelto, la que es completa, en definitiva, la que tiene: un buen contenido, una buena narración, unos correctos elementos formales, una gran interpretación, una excelente fotografía y un ritmo incesante.

Al adentrarnos en su contexto, Icíar Bollaín  y su pariente el guionista Paul Laverty, realizan un gran un homenaje a la Guerra del agua que vivió el pueblo Bolivariano hace pocos años, debido a que empresas norteamericanas, junto con el anterior gobierno títere bolivariano, querían privatizar el agua, incluso (y esto es verdad) la de la lluvia; de ahí el título coleguis.  El gobierno apostaba soldados armados junto a los barriles, ya que el agua de la lluvia que estos bidones albergaban era propiedad de la multinacional yankee.

En este contexto nos narran la historia de un equipo de rodaje que pretende grabar una película crítica sobre el descubrimiento de América de Cristobal Colón, centrándose en la heroica denuncia del genocidio indio por parte de algunos religiosos colonialistas buenas gentes.

Como película cabe resaltar los momentos en los que se está rodando la película sobre el descubrimiento de América, ya que es en esos momentos donde se nos muestra la ambigüedad de no saber si estás viendo una película sobre Cristobal Colón o sobre nuestra época, la mirada de odio que transmiten los actores indios que actúan actuando hacia los otros actores que actúan actuando deja mucho que pensar. Esta tremenda analogía muy bien realizada nos hace saber y recordad que la historia se repite.

Resaltar también la tremenda actuación del reaparecido Karra Elejalde que, de algún modo, representa al conjunto de actores que van con él y que son los típicos actores progres que alardean de usar el  cine como arma,  pero en realidad no son capaces de ayudar  ni a su madre y mucho menos involucrarse en un cambio social.

En definitiva, la película es una buena obra poética, con sus notables críticas al capitalismo, a la hipocresía, a España o al imperio español, al colonialismo de antaño y también al actual, pero nos deja un buen sabor de boca con su moraleja de que tanto las personas como las sociedades pueden cambiar a mejor.

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